Design Thinking en la educación

Design Thinking en la educación 


Una de las herramientas que pueden ser más eficaces para los educadores en el contexto actual, y que ayuda a romper con la herencia de la enseñanza más tradicional es Design Thinking. 
Es una metodología que viene de mundo de los negocios y plantea la resolución de problemas complejos aplicando el pensamiento y herramientas que emplea un diseñador. Los atributos asociados a esta metodología son: trabajo colaborativo, empatía, creatividad, optimismo

¿Por qué Design Thinking en educación? 
Estas son las tres razones por las que Design Thinking el nuevo mejor amigo del profesor: 
1. Design Thinking, por definición, es una metodología centrada en el usuario. Esto permite crear un contexto en el que el alumno es el verdadero protagonista de su proceso de aprendizaje (y no el profesor). Permite además entrenar habilidades esenciales como la creatividad, la empatía, la curiosidad, el trabajo en equipo, etc (que son ciertamente útiles, por no decir imprescindibles, en etapas posteriores tanto personales como profesionales) y que en los contextos de clases magistrales tradicionales tienen menor cabida. 
2. Favorece la mejora continua: el design thinking promueve la iteración (es decir, reflexionar constantemente sobre la práctica y tratar de mejorar constantemente). Esto favorece que la experiencia de aprendizaje sea más atractiva, tanto para el docente, como para el estudiante. Expertos como Richard Gerver señalan que la educación actual toma la forma de una preparación para aprender a superar exámenes, lo que termina aburriendo por igual a docente y alumno. 
3. Es visual: el design thinking se apoya enormemente en elementos visuales (dibujos, diagramas, utilización de postits) para representar conceptos y favorecer el trabajo colectivo. El protagonismo de este componente visual ayuda al alumno a comprender conceptos, especialmente si son complejos. ¿quién no ha escuchado la expresión una imagen vale más que mil palabras? 

Más hacer que pensar: 
Más doing que thinking Y una paradoja para concluir, si bien “thinking” es el apellido de la metodología, me gustaría subrayar que se trata más de doing que de thinking. Si eres profesor o profesora, mi intención con este post es que sea una invitación para investigar más sobre el potencial de esta metodología para la redefinición del rol que el profesor desempeña dentro de las aulas. Creo que el design thinking constituye un gran apoyo a la hora de asumir un papel que se aleje de transmisor de conocimientos y se acerque más al de constructor de experiencias de aprendizaje significativas, que tienen más que ver con el desarrollo de competencias que con la adquisición de contenidos. Y esto no es algo nuevo. Albert Einstein, reflexionando sobre su papel como profesor, enunció en su momento: “yo no enseño a mis alumnos, solamente trato de crear las condiciones en las que puedan aprender”.

Estos son los secretos para aplicar el Visual Thinking en el aula



El Visual Thinking es una herramienta que permite ordenar y organizar ideas o contenidos que son representados por medio de dibujos simples y textos cortos. Es decir, se trata de un instrumento que se sirve de recursos visuales para acceder al conocimiento. Una vez aclarado este aspecto, nadie debería confundirlo con una forma de expresión artística ni tampoco con una metodología de trabajo susceptible de ser utilizada en el ámbito educativo. 
Te mostramos los secretos para aplicar el Visual Thinking en el aula.
Múltiples formas de aplicarlo en el aula
Si algo he aprendido de mi experiencia educativa en estos últimos años, es que el Visual Thinking es un instrumento que introduce los aspectos más básicos de la gramática visual en un entorno de aprendizaje en el que casi nadie se cuestionaba el reinado del binomio letra-número como único vehículo para el acceso al conocimiento.

Una herramienta comunicativa, no hay que olvidar, universal (¿quién no ha recurrido a la comunicación por medio de dibujos en algún momento de su vida?), cuya potencia reside, sobre todo, en su capacidad para enriquecer cualquiera de las metodologías (sean activas o más tradicionales) que hoy en día se utilizan en las aulas. Porque lo visual no está reñido, por ejemplo, con una clase magistral en la que un mapa puede hacer visible el itinerario discursivo del docente; pero también puede ser utilizado como instrumento de consenso para los equipos de trabajo que se conforman para desarrollar un proyecto; e incluso se puede utilizar para crear animaciones (Video Scribing) en las que visualizar los contenidos a los que ha de acceder el alumnado para la posterior realización de una clase invertida.

Por todo ello, en una coyuntura en la que el alumnado tiene acceso fácil y casi ilimitado a cualquier tipo de información en internet y en la que los docentes tenemos que hacer malabares para gestionar la enorme cantidad de contenidos que se acumulan en el currículo, el Visual Thinking puede ofrecernos una forma de aprender más lenta pero más eficaz. Porque para ‘traducir’ a un mapa visual un contenido o un determinado proceso, aunque son necesarias las habilidades de pensamiento inferior que por medio del dibujo nos ayudan a recordar y entender conceptos, es indudable que también son imprescindibles las habilidades de orden superior que nos permiten realizar el filtrado, gestión y organización espacial de los contenidos que se deben aprender.


Adaptado a diferentes niveles educativos
A pesar de que aún no existen investigaciones que certifiquen los beneficios de aplicar Visual Thinking en el aula, son muchos los docentes que debido a la facilidad de su implantación (la única ‘tecnología’ necesaria es una caja de rotuladores), han empezado a proponer a su alumnado diferentes experiencias de aprendizaje utilizando esta herramienta. 
Así, comunidades como las que se han generado en torno al proyecto colaborativo ‘No me cuentes historias… ¡Dibújamelas!’ han ido creciendo y sumando, a lo largo de estos últimos tres años, memorias e informes de actividades realizadas con Visual Thinking que hablan de reacciones positivas del alumnado y nos muestran diferentes (y muy creativos) usos del pensamiento visual en niveles educativos y materias diversas.






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